Cuando te piden que pintes un paisaje nevado y nunca has visto uno, necesitas un modelo, una fotografía, cualquier cosa que te sirva como referente para poder comenzar a pintar.
Algo parecido ocurre en la educación de un niño.
Cuando naces no sabes nada y lo que ves durante tus primeros años es lo que tomarás como modelo para tu vida.
Si en esa foto la nieve es azul, tú la pintarás azul y pensarás que así es, ya que nunca la has visto y así no puedes saber si es azul, rosa o amarilla.
Un niño no sabe ni como comportarse, ni actuar, ni hablar, nada. La familia, su entorno más cercano serán esa fotografía del paisaje nevado. Su inspiración para comenzar a dar sus primeras pinceladas en la vida.
Los extremos nunca son buenos. Tampoco debemos tener a ese niño entre algodones, intentándole proteger de una realidad que no consideramos la idónea para él. Debemos concienciarnos de que esos niños son el futuro y nosotros tenemos su futuro en nuestras manos, ya que los valores que adquieran serán los que ellos inculcarán a sus hijos y estos a los suyos y así sucesivamente.
No permitamos que esta cadena acabe considerando que el odio, la venganza y el rencor son sentimientos comunes en nuestras vidas. Y que el amor, la verdad y la justicia sólo aparecen en los cuentos de hadas.
Ayudemos a estos niños a pintar elmás bello futuro, utilizando como modelo la mejor fotografía, la nuestra.
Marta Ramírez Guerrero. 1º Bchto.
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No, no lo he escrito yo, sino uno de esos adolescentes, en este caso una alumna que me lo entregó el 26 de septiembre de este 2007. Me impresionó su forma de redactar y su madurez; a ella le debo la idea de este libro, aunque siempre he pensado que los adolescentes no son lo que vemos sino que hay mucho más dentro de sus cabecitas.
Según los sociólogos y sicólogos un crío que convive en su entorno familiar con la hostilidad verbal, la agresividad, los malos modos, la crítica, el odio, el machismo, la falta de delicadeza…hará suyas estas actitudes, más tarde o más temprano, como algo natural.
Los hijos aprenden más de nuestras acciones que de nuestras palabras y, a veces, estas desdicen las primeras. ¡No es fácil ser padres!
Podríamos preguntarnos:
¿Es la familia el primer referente de los adolescentes?
¿Qué relaciones nos gustaría tener con nuestros hijos?
¿Qué le pediríais a vuestros padres para mantener con ellos una buena relación?
Algo parecido ocurre en la educación de un niño.
Cuando naces no sabes nada y lo que ves durante tus primeros años es lo que tomarás como modelo para tu vida.
Si en esa foto la nieve es azul, tú la pintarás azul y pensarás que así es, ya que nunca la has visto y así no puedes saber si es azul, rosa o amarilla.
Un niño no sabe ni como comportarse, ni actuar, ni hablar, nada. La familia, su entorno más cercano serán esa fotografía del paisaje nevado. Su inspiración para comenzar a dar sus primeras pinceladas en la vida.
Los extremos nunca son buenos. Tampoco debemos tener a ese niño entre algodones, intentándole proteger de una realidad que no consideramos la idónea para él. Debemos concienciarnos de que esos niños son el futuro y nosotros tenemos su futuro en nuestras manos, ya que los valores que adquieran serán los que ellos inculcarán a sus hijos y estos a los suyos y así sucesivamente.
No permitamos que esta cadena acabe considerando que el odio, la venganza y el rencor son sentimientos comunes en nuestras vidas. Y que el amor, la verdad y la justicia sólo aparecen en los cuentos de hadas.
Ayudemos a estos niños a pintar elmás bello futuro, utilizando como modelo la mejor fotografía, la nuestra.
Marta Ramírez Guerrero. 1º Bchto.
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No, no lo he escrito yo, sino uno de esos adolescentes, en este caso una alumna que me lo entregó el 26 de septiembre de este 2007. Me impresionó su forma de redactar y su madurez; a ella le debo la idea de este libro, aunque siempre he pensado que los adolescentes no son lo que vemos sino que hay mucho más dentro de sus cabecitas.
Según los sociólogos y sicólogos un crío que convive en su entorno familiar con la hostilidad verbal, la agresividad, los malos modos, la crítica, el odio, el machismo, la falta de delicadeza…hará suyas estas actitudes, más tarde o más temprano, como algo natural.
Los hijos aprenden más de nuestras acciones que de nuestras palabras y, a veces, estas desdicen las primeras. ¡No es fácil ser padres!
Podríamos preguntarnos:
¿Es la familia el primer referente de los adolescentes?
¿Qué relaciones nos gustaría tener con nuestros hijos?
¿Qué le pediríais a vuestros padres para mantener con ellos una buena relación?